Un hombre no puede
rendirse. No puede porque la vida es una guerra estúpida y
sangrienta en la que uno se ve envuelto sin saber por qué, con
enemigos a todos lados, solo y abandonado. No decides estar ahí, no
decides vivir. Por eso no puedes rendirte, nadie te ha preguntado si
quieres luchar. No hay código ni treguas, no hay reglas, sólo
puedes cubrirte de sangre. Ni siquiera la muerte es una opción,
porque abandonar es una batalla contigo mismo que nunca vencerás.
Estamos obligados a luchar sin sentido en este mundo cruel y absurdo,
donde sólo brillan los que entienden que somos bestias arrinconadas,
esclavas de sus instintos, y que debemos darlo todo por un tenue
aliento de felicidad.
eres un poco como Valle-Inclán con sus acotaciones, no sé si es mejor el texto o las etiquetas xd
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