En blanco.
Sin saber qué decir.
Sobrante papel
por todos los conceptos.
Me como el papel,
a mordiscos.
Mordisquitos,
arranco sus órganos de celulosa.
Cruelmente lo privo de su papelismo.
No quiero matarlo,
quiero que confiese.
Quiero que siga vivo
por si todavía escribo algo.
Cada vez queda menos espacio.
He comido papel
y la fibra me posee.
Mi estómago
me orienta al inodoro,
de momento
tan blanco como el papel.
Y es que escribir es vomitar.
Ya me lo he comido.
Voy a por otro.
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