A Jenny le gusta tocar la guitarra, pero sólo toca la guitarra cuando está desnuda, porque se desnuda cuando canta. Por eso dice que tiene miedo escénico.
A Jenny le gustan las drogas. No necesita alas para volar, prefiere LSD. Pero tiene alas para volar, es un pájaro libre, que baja del balcón del cielo como un ángel cuando tienes ganas.
Jenny siempre está. Siempre está cuando la necesitas, aunque se va cuando crees que la necesitas. Colecciona enfermedades venéreas, pero yo prefiero llamarlas enfermedades de amor. Da igual, siempre vuelve enferma de amor, y te lo pega.
Jenny escucha como si no tuviera nada que decir, sino todo por escuchar. Va muy despacio y escucha, como si ya hubiera estado en todas partes, menos en ti. Así fue como me enseñó todo lo que yo sabía.
Jenny ha estado siempre, desde que la conozco. Desde que éramos muy pequeños. Quizá por eso lo sabemos todo el uno del otro, porque siempre hemos sido niños.
A Jenny querían ponerle otro nombre. Por eso nació sin nombre, y eso me gusta, porque es más que su nombre. Al igual que no necesitamos una razón para correr, no necesitamos un nombre para ser.
Quizá por eso Jenny sea de verdad una persona, y en vez de una palabra suelta sea poesía.
http://www.youtube.com/watch?v=yZRKigaPDO0