Me gustaría ser tu
casa.
Nada más que tu
refugio.
El sillón que
abraza tus músculos cansados.
Me gustaría ser tu
abrazo.
Las paredes que
tienen ojos, pero no hablan.
Me gustaría ser tus
muros.
Me gustaría ser tu
inmueble
para no seguirte
jamás,
sólo esperarte.
Me gustaría ser el
inicio de tus viajes
y el final de tus
problemas,
pero no estar nunca
en medio.
Me gustaría ser tu
alfombra,
tu mascota, tu cama,
tu candil.
Todo aquello que te
recibe con alegría,
sin preguntarte
dónde has estado.
Me gustaría ser tu
valor,
tu espina.
Me gustaría ver tus
ratos,
sobre todo los
tristes.
Me gustaría sólo
dar,
ser tu despensa, tu
cocina.
Ser el lugar de tu
paz,
ser tu hogar, tu
chimenea.
Ser el fuego cuando
el tuyo se apague.
Ser tu incienso, tus
sales de baño.
Ser el amor,
incombustible.
Esperar mi ruina
cuidándote.
cuidándote.